Habitualmente se ha creido que la pasta es una gran fuente de calorías, pero en realidad, contiene más nutrientes de los que pensamos. Estaríamos hablando de unas 340 Kcal de una comida, pero sobre todo nos ofrece gran cantidad de hidratos complejos, es decir, no de azúcares y almidón principalmente. Además cuenta con una gran fuente proteínas, derivada del trigo únicamente y en otras ocasiones derivada del huevo que se añade como ingrediente.
La pasta no posee colesterol y casi no posee grasas, por lo que podríamos derribar el mito que dice que la pasta engorda. No engorda, siempre que vayan acompañados de prodcutos naturales sanos y seamos cuidadosos a la hora de cocinarlos.
 
El aporte de hidratos de carbono procedente de la pasta hace que se mantenga la sensación de saciedad manteniendo la energía activa y el hambre bajo control, lo que siempre ayudará al mantener una dieta equilibrada.
 
Una investigación publicada el año pasado en la famosa revista británica Nutrition and Diabetes dio un giro drástico a dicha creencia. Según los responsables de este estudio, el consumo de pasta no está relacionado con el sobrepeso; todo lo contrario, adelgaza. “Al contrario de lo que piensan muchas personas, el consumo de pasta no está asociado a un incremento de peso […], sino que permite tener un IMC normal, una cintura más esbelta y más equilibrio entre cintura y cadera”, ha declarado George Pounis, investigador del Instituto Neurológico Mediterráneo y autor del escrito. Y es que la pasta tiene un índice glucémico muy bajo, que provoca un incremento menor de los niveles de azúcar en sangre.